martes, 30 de diciembre de 2008

Crónicas del Volta


Pero no voy a hablar mal de mi casa. Porque llevo quejándome un montón de días y cada vez pasan cosas peores. Así que cambio el discurso por esta bonita afirmación:
"Tengo una casa, me encanta ver cómo se convierte en mi hogar"

Lo de "se convierte" no es al azar, porque deseo tener la sensación de que ocurre como por arte de magia, que de un modo natural los problemas se solucionan uno tras otro. Que encuentro una empresa barata que baja la lavadora por esos cinco tramos de escalera a un precio que me puedo permitir. Que funcionan las sucesivas fumigadas y desaparecen las cucarachas. Que me instalan el gas y puedo darme una ducha. Que alguien se viene a pintar los techos. Que sin esfuerzo vacío los altillos. Que Roberto me pone las luces en condiciones... y todo con suavidad, sin dramas...

Mientras tanto, entre mano de pintura y mano de barniz, me refugio en el Volta,  (calle Santa Teresa - Alonso Martinez) aparte de porque es de unos amigos, porque tiene sofás (y yo no), y he llegado a comprender que un sofá es algo necesario.
Tiene sofás y wifi y café cargado a la una de la mañana... tres imprescindibles para sentirse cómoda.

Pero además de eso, tiene gente, con sus historias, sus voces, sus manos... desde que me instalé en mi nueva casa la gente ha desaparecido, las únicas manos son las mías mezclando pintura y barniz, quitando clavos, cambiando brocas de taladro, poniendo ruedas y puertas, fumigando con esas dos maravillas que me vendieron en Manuel Riesgo (en la calle Desengaño - Callao) que recomiendo a todos los que anden desesperados con los insectos domésticos.

Me da la sensación de relacionarme sólo con objetos, hasta tal punto que las pequeñas cucarachas de mi piso empiezan a parecerme humanas. Me pregunto si tendrán personalidades distintas, y si acumulan rencor contra nosotros por los continuos genocidios que contra ellas perpetramos en cada casa. 

Recuerdo una historia de Neil Gaiman, "El Sueño de un Millar de Gatos"... y me pregunto qué pasaría si se alcanzara esa masa crítica de soñadores entre mis afortunadamente cada vez más escasas compañeras de piso...

Me pregunto qué estoy haciendo en Madrid, y vuelvo a desear estar en cualquier ciudad del mundo menos esta. Son días de aislamiento y desorientación... he perdido mi sueño de tener un hogar, porque se está realizando, el ansia ya no me espolea indicándome el camino a seguir. Ya no hay camino ninguno. Soy libre, y a mi, por lo visto, no me gusta la libertad. Es hora de buscar otro sueño que me empuje, me tiranice y me obligue a crecer. 


sábado, 22 de noviembre de 2008

DOS MIRADAS

Hace un día precioso en Madrid, uno de esos maravillosos y soleados días en los que el Retiro llama a tomar los malabares y dejarse caer... aunque no sepas hacer malabares y tengas dos manos izquierdas cuando lo intentas.
Es un día también para quedar por la Latina y contarse la noche de ayer, con mismos amigos con los que la viviste...
Otro de los planes apetecibles es comprar las primeras cosillas para tu casa nueva: un par de guantes de goma, mascarillas, gafas de buceo, botas de agua y cinco litros de lejía para limpiarla... o meterse en una tienda de sofás, a ver si tienes suerte y pillas descuentos del 70%, porque de otra forma...
Lo que está claro es que hoy quedarse en casa es un delito, hoy la calle está para vivirla, vamos que me voy.

Antes de pirarme, sin hacer la cama, porque tengo prisa por unirme al día, me gustaría hablar de la peli de Pilar "Dos Miradas" a cuyo estreno acudí ayer y que se está proyectando en el Pequeño Cine Estudio (c/Magallanes 1 - Metro Quevedo). En fin, yo no sé si alguien me escucha en este blog, pero si me preocupara de esas cosas no lo escribiría y la verdad es que me calma, qué queréis que os diga, así que yo hablo como si estuviérais allí y fin.

Pues la peli está dirigida por Sergio Candel, y va sobre dos amigas en el culo del mundo en un momento bastante chungo, porque acaban de acostarse juntas o algo similar. En el día posterior pasan por el enfado, la atracción sexual, el cariño y la confianza, la hartura de aguantarse y de conocerse demasiado bien... Me ha gustado mucho la idea por su cercanía con la realidad... con esos veranos sin sentido en los que una anda perdida en algún sitio absurdo como Calabarca porque en algún momento de estupidez pensaste que sería cojonudo pasar allí las vacaciones y olvidarse de... no sé como se llame.
La película no cuenta mucho del antes y el después de las protagonistas, pero el ahora es tan rico en matices que de alguna forma excita la imaginación y las hipótesis. Una siente que las conoce, que alguna vez ha coincidido con ellas, que estuviste en una situación similar o que una de las dos te lo ha contado todo a la vuelta de Chile (lugar donde transcurre la película) tomando té en la cocina de tu casa.

Por supuesto esto no sería posible sin las impresionantes interpretaciones de las niñas (Marta Larralde y Pilar Alonso) dos actrices honestas, valientes, originales y cercanas. Yo, que disfruto mucho cuando las cosas se hacen bien, salí tan contenta... pero tan contenta...
Recuerdo que hace tres años, yo creo, Pilar me dijo un día: "Pues yo lo que tengo ganas es de hacer algo bonito..." hablando de nuestros proyectos como actrices a la vuelta a Madrid, y puedo decir, Pilar que lo has hecho. Es una película preciosa.
Estas son las cosas que salen cuando uno no se pierde en pretenciosos anhelos de gloria, y se cuenta con dos actrices inteligentes que saben utilizar su sentido del humor para enriquecer el drama.
Chicas, habéis estado cojonudas. Sin más.

martes, 18 de noviembre de 2008

Teatro y algodón

Echo tanto de menos hacer teatro que hasta tengo pesadillas con eso. Igual no me expliqué con claridad: la pesadilla comienza cuando me despierto, y compruebo que hoy no tengo un bolo.
Me digo a mi misma que tranquila, que acabo de regresar, que aún hay que pintar la casa y hacer la mudanza, que luego viene lo de ponerse a currar donde sea y entonces puedo plantearme un cursito de clown para empezar, por ejemplo... pero estoy harta de crisis y de etapas y demás mamarrachadas.
Yo quiero actuar todos los días. ¿Es mucho pedir?

Así que hago algunos ejercicios de voz, por la mañana, y trato de mover mi cuerpo de una forma "consciente", leo algo sobre teatro, a veces en voz alta. Me grabo, lo reviso. Llamo o paso a ver a alguna otra amiga actriz, por algún motivo, si me cuentan que les está yendo bien, me da la sensación de que ya nos toca, y que tarde o temprano hasta yo empezaré a funcionar... pero evito ir al teatro para no ponerme enferma de envidia.

Estoy escribiendo con unos amigos un proyecto de mini-serie, donde por supuesto, me he reservado un personaje. Pienso en ella, la imagino andar, a veces antes de dormir me habla. Me ha dicho esta mañana que últimamente ha cogido la costumbre de pasearse las ojeras con los dedos, pero que es porque ahora se siente mejor, que al principio no tenía fuerzas ni para eso, porque implica levantar un brazo...

Muchas veces me ocurre esto. Pienso en personajes. ¿Qué les pasa? ¿Por qué hacen esto o aquello? y esta reacción, ¿la tendría?
Paso mucho tiempo sola, pero no es suficiente, porque no acabo de disfrutar de esa maravillosa sensación de silencio. Los personajes siempre están hablando, susurran sus historias. Se revelan a través de la gente que me cruzo por la calle. Una cafetería, el vagón del metro, la salida de un colegio a las cinco de la tarde, todo está lleno de personajes que necesitan atención. Necesitan atención, unas manos y un teclado para acabar sus historias, para llegar al punto crucial en sus vidas, para encontrar sus caminos o al amor de sus vidas. Como es natural, les urge.

Les urge, tía, y por eso no me dejan dormir en paz, ni estar despierta del todo, presente en mi propia vida... quieren que me siente y les escriba o que les encuentre en el texto de otros y los haga pararse y caminar.

Hace mucho tiempo decidí detenerme, sentarme y darles una año de mi vida. Mi hermana tenía una casa vacía en Zaragoza, azul y blanca, muy alta, y allí me fui. Un amigo me regaló un ordenador montado por piezas que hacía mucho ruido pero servía para escribir, y en aquella torre acristalada que daba a la terraza me instalé y me puse a contar sus historias.

Estuve dedicada a escribir, entre ocho y diez horas diarias, seis meses. No aguanté más. Los personajes no tienen medida, carecen de cuerpo y no comprenden que a veces, tengas que parar a alimentar el tuyo. Intenté seguir unas pautas en la escritura, pero fui creando en absoluto desorden. Si me ponía con un poema, sacaba un cuento de terror. Los relatos se me volvían teatro, y los monólogos de comedia, cartas al psicoanalista.
Había días en que no salía de casa. No tenía teléfono, ni vecinos, hacía un gran esfuerzo para quedar con mis padres o mis amigos...
Gran parte de lo que escribí en esos días se ha perdido: un virus. No tuve tiempo ni ganas de ponerme a solucionarlo, porque ¿es tan importante? Lo importante era escribir para darles a los personajes la vida que desean. Una vez hecho ¿es lícito gastar papel (hecho a expensas de la vida de los árboles) para difundirlo? Sus experiencias quedan para ellos y para mi la práctica y costumbre de sentarme a escribir para hacerles callar.

Tampoco estoy muy encariñada con los textos recuperados de aquellos meses... me da la sensación de que todo estuviera teñido de locura. Porque escribir me vuelve un poco loca, se desaparecen los límites y los horarios, sólo existen las palabras que bailando se sitúan las unas junto a las otras. Las palabras son todas amigas entre sí, si no son amigas son primas... una familia abrumadoramente numerosa a la que le gusta presentarse sin avisar, y una vez dejas entrar a una la has jodido, pero mucho mucho, pues todas sus amigas la seguirán , en una procesión interminable, saltándose la fila, haciendo mucho ruido, cambiándose de sitio y pidiendo a gritos un café mejor.

No me gusta escribir. No quiero encontrar ese espacio ni ese momento, temo que si empiezo no termine nunca y los personajes acaben merendándose mi vida... convertirme en el Escribidor de "La Tía Julia y el Escribidor" (Mario Vargas Llosa), con una vida de mierda, pero miles de historias...

Yo creo que por eso genero tantas crisis y me mudo tantas veces y me proporciono siempre estas etapas de "Ahora no es el momento de..." quizá sea la única forma que he podido encontrar de mantener a los personajes a raya.

Pero uno de estos días me sentaré y escribiré sobre mi, personaje: "La chica de las 33 mudanzas". Me tomaré a mi misma como eje central e iré cumpliendo todos mis sueños uno tras otro en un cuento maravilloso. Me daré la revelación vital que necesito, la pareja que me complete, el viaje que me cambie la vida, me reuniré con mis tres Hadas Madrinas y cada una de ellas me concederá tres deseos, nueve en total. Escribiré una historia de dulce de leche y caramelo, de campanitas doradas y flores blancas, con palacios de diamante y polvo de estrellas... el mar estará hecho de madejas de lana en constante movimiento y las nubes, eso segurísimo, serán de algodón... escribiré... en fin lo que sea, pero por el momento, son las dos de la tarde, y esta persona que a veces soy se a poner a cocinar un arrocito con laurel y cebolla... por cierto: gracias mil Ruth por esa maravilla de receta.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Efren y las flores que no son azules

En este mes de Idealista y Fotocasa, entre un sitio y otro y con la maleta a cuestas, sin saber si darme de alta en un gimnasio en Madrid, en Zaragoza o en Mallorca, o si liarme la manta a la cabeza y largarme de España porque la verdad: me aburro....

Me ha pasado algo que sólo me pasa cuando estoy hundida: me he enganchado a un reallity. No es Gran Hermano, porque realmente yo no estoy enganchada a Gran Hermano, sino al Blog del Gato, y tampoco demasiado, porque no consigo odiar o amar a ninguno de los concursantes.

Y de todas formas, no me pongáis esas caras. Todos los que hayáis trabajado en oficinas sabréis lo útil que puede ser hablar de Gran Hermano en el ratito del desayuno, que siempre es mejor criticar a los concursantes que a tus compañeros de trabajo, desde luego menos peligroso.
Es por esto que los hombres no lo hacen, ellos hablan de fútbol y siempre caen bien: les ascienden.
Pero para hablar de fútbol tienes que saber de fútbol, algo, lo que sea. Y sinceramente, es que son 22 equipos en la liga, con sus 22 jugadores cada uno... hay gente que hasta se conoce a los árbitros ¡por el amor de dios! ¿quién tiene tiempo para todo eso? Con la de libros que me quedan por leer...

En cambio, en la Casa de Guadalix, sólo son doce o catorce, la verdad no me acuerdo. El hecho es que luego se hace más fácil porque los van echando y cada vez quedan menos. Por cierto me pregunto cómo funcionaría la Liga española si a los hinchas les dejaran nominar.
Así que, si no sabes de fútbol y has quedado con el mejor amigo de tu novio y su mujer, y no te atreves a abrir la boca para que no te tachen de rara (como siempre)... Gran Hermano supone no una tabla salvavidas, un precioso velero blanco que puede transportarte del "Yo creo que esta tía no le pega nada" al "Es una chica super maja, se ve que lo quiere un montón" en menos de una hora.

Pero yo, repito, no estoy enganchada a Gran Hermano, sino a Mujeres y Hombres y Viceversa (en youtube MYHYV que esto de las siglas es lo que priva ahora), o más concretamente a las tribulaciones de Efrén.

Una tarde tras otra, después de la siesta, a la vuelta de ver un piso o a punto de irme a ver otro me siento ante la tele y me concedo media hora de telebasura de calidad a cargo de una experta en la materia : Emma García, que por cierto siempre me ha caído bien porque se parece mucho a mi amiga Laura, a pesar de los comentarios negativos sobre su carácter que me han llegado a través de compañeros. Emma, no me importa. Yo creo que eres maja.

Todas las tardes me siento esperando que alguna de las pretendientas tenga un rasgo de sensatez y deje plantado a este muy cuestionable príncipe azul, porque francamente yo no entiendo nada.

La ausencia de emociones y sentimientos reales es tan evidente... resulta tan obvio que los participantes intentan abrirse un hueco como comentaristas de la cadena, modelos, actores o viceversa que simplemente no entiendo nada!

Ninguno de los comentaristas o los supuestos expertos en amor que asesoran al tronista, parece ser con sinceridad, habla sobre el hecho manifiesto de que a Efrén no le interesa ninguna y yo no entiendo nada!

Yo, que soy una mujer aparentemente extrovertida pero llena de secretos, no puedo entender una cita grabada con cámara (y operario tras ella), si no la sustenta un guión o unas pautas básicas sobre tu personaje. Me sorprende que haya alguien que pueda enamorarse en un entorno así, y si lo hay, desconfiaría de su salud mental porque no entiendo nada...

Por último, que se denomine romántico a un encuentro a tres donde el tío que al que supuestamente le gustas se dedica a deshojar una margarita por ti, y otra por tu rival allí presente repitiendo un pétalo detrás de otro las palabras "Me amas, no me amas, me amas, no me amas... " o pretenden hacer tiempo para llenar más programas o yo no entiendo nada.

Que una mujer, hoy en día, voluntariamente, se preste a vestirse de novia en televisión para insinuar a un hombre que está preparada para casarse : con él, sin que entre las citas filmadas y la boda haya mediado siquiera un miserable refregón en los pasillos o en un baño... me resulta difícil de creer...

Que lo hagan cuatro es imposible... o hay dinero de por medio, o yo no entiendo nada.

Para mi el amor... es la letra de "Mar el Poder del Mar" (Facto Delafé y las Flores Azules) y no encuentro ni rastro de esas sensaciones en ninguno de los participantes.

Y en resumidas cuentas, y como muy bien dijo la Yoli: "Me he acabao enganchando a esto tia, porque no entiendo nada".

Una forma curiosa de ganar audiencia: por el estupor.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Salvad al soldado Phoenix

Esto fué lo que leí ayer en el Periódico de Aragón, en el viaje Zaragoza-Madrid de la mañana, la noticia está escrita por el periodista Antonio Madridejos ( ‘Les claus del canvi climátic’), de BCN:


"La NASA certifica la muerte del robot "Phoenix" en Marte

El módulo Phoenix ha concluido sus operacions en la superficie de Marte después de cinco meses de fecundos trabajos que, entre otros hitos, han permitido observar e incluso tocar hielo marciano por vez primer.
Según anunció la NASA el lunes por la noche, la llegada del invierno al lugar de aterrizaje, cerca del polo norte, ha privado al ingenio robótico de la radiación solar necesaria para sobrevivir, es decir, ya no hay suficiente luz para los paneles que alimentan las baterías.




Ya no puede mover el brazo robótico ni enviar señales a la Tierra.

Además de tener que soportar noches cada vez más largas, el final de la vida útil se aceleró por la irrupción de unos días nubosos y muy fríos.

Concretamente, los responsables de la misión no reciben noticias de Marte desde el día 2, (...). Aunque la NASA seguirá usando los orbitadores que se encuentran en Marte para intentar recibir señales del robot, las posibilidades de que vuelva a funcionar son mínimas.


Debido a las duras condicions del invierno, también está descartado que el Phoenix haga honor a su nombre y renazaca en primavera.

En cualquier caso, el éxito ha sido total si se tiene en cuenta que la misión..."


Antonio... se me ha roto el corazón. ¿Qué puedo decir?


Por favor, díle a ese tal señor Goldstein que mande a Marte a quien haga falta, pero que nos traigan a nuestro pequeño Phoenix de vuelta a casa, siquiera para poder enterrarle con dignidad.
Ya lo dijo el Principito, bueno en realidad lo dijo el Zorro: "Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa".

Mientras tanto, perfiero recordarle cuando era feliz.











domingo, 9 de noviembre de 2008

Miedo




el Miedo es mi compañero, mi amante
me rodea cuando apago la luz 
cuando duermo me penetra
me hace sudar
me escucha...
trenza telarañas con mis sueños
y con ellas me envuelve
e inmoviliza
me besa en las mejillas 
y me vuelve azul
el Miedo tiene miedo de perderme
él me quiere mucho más que tu

el Miedo está a mi lado desde niña 
y me ama
me ha visto crecer
me necesita
se nutre de mi angustia
le excitan mis temblores
mi corazón lo alimenta 
y lo cobija

el Miedo siempre dice sí
cuando le llamo,
nunca se cansa de mis desdichas
es celoso y posesivo y agobiante
su abrazo pesa tanto como la vida
yo sé que va a matarme
cuando respiro siento 
que mi pecho nunca acaba de ensancharse
es él, que vive dentro cuando estoy vacía
pero le busco, porque me quiere
porque le gusto, me ama y me necesita



miércoles, 22 de octubre de 2008

Madrid es asín

El anuncio:

" Se alquila estudio en calle santisima trinidad (zona Iglesias) sin cocina. Tiene un baño y un salón dormitorio. La entrada es independiente. Más información : M... A....: xxx-xxx-xxx"

está en www.segundamano.es, por cierto, por si a alguien le interesa.

Mi respuesta:

Hola Maria Antonia, creo que has cometido un error al redactar el anuncio.

Si el inmueble carece de cocina, pero tiene un baño, se considera un "despacho" u oficina, puesto que no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad (como la posibilidad de cocinarse los alimentos que la especie humana acostumbra a ingerir para sobrevivir).

Si, por otro lado, y como se deduce por el texto de tu anuncio, el estudio se encuentra "dentro" de una vivienda, cuya cocina parece ser no tiene derecho a usar, pero se compensa porque disfruta de una entrada independiente, estaríamos ante una "habitación" en algún tipo extraño de pensión o piso compartido... por alguna razón me estoy acordando de "Monsters Ball", fíjate; aunque a falta de otros detalles, me inclino a pensar que el anuncio se refiere a un despacho o bien, según el tamaño de las ventanas, un almacén con aseo.

Pasa un buen día
Tesa

domingo, 19 de octubre de 2008

EL TOCAHUEVOS, PARTE 1

No tenía muchas ganas de encarnarme. Algo había salido mal en mi última vida, y acabé en un sitio llamado Auschwitz. Durante muchos días, días que parecían años, estuve empujando gente dentro de enormes naves, creo que las llamábamos "cámaras de gas", no lo sé, no me gusta recordarlo. Las mujeres gritaban y también había niños, aunque estaban todos tan delgados que apenas podía distinguirlos. El recuerdo de sus cabezas grisáceas, rapadas, uniformes todavía me conmueve, y vuelvo a oscilar entre el odio y el pánico... como un péndulo. Así oscilaban mis pies (me ahorqué de una viga) cuando abandoné mi cuerpo. 

Estaba seguro de que iba a ir directo al infierno, pero Satán no quiso reclamarme; deduje que andaría saturado de trabajo. Ahora no entiendo por qué me eché a reir, no lo sé, de algún modo, flotando entre brumas llegué a uno de esos limbos, de luz difusa, entre amarillo y gris, donde uno-una olvida y espera. 

Estuve allí por un tiempo, quizá demasiado corto, hasta que pude borrar los detalles de mi fugaz y doloroso paseo por la locura. Quizá hubiera sido mejor seguir a Nubia y hacerme gato. Vives menos de esos... años creo, pero se te hace más largo, posiblemente porque cuando eres un gato todo tiene sentido. Es la verdad. 

En algún momento de aquellos 20 años tuve un hijo. No recuerdo a la madre, fue una de esas cosas que exigía "La Patria", cualquiera sabe qué es eso... tampoco recuerdo a la mía, sólo su vientre. Puede que me abandonara. Pero a mi hijo si lo recordaba. Lo tuve una vez en brazos, un breve instante. O quizá fuera un hermano, o el hijo de otro. Uno de esos bebés que traían a los campos. No... no lo sé. Yo creo que era mío. No importa. El recuerdo de su aroma encendió una melodía cristalina y perfecta en mi corazón. Siguiendo sus acordes fue que volví al cielo.

Dios y yo nunca nos hemos llevado del todo bien. Quiero decir, me quiere, claro. Yo soy él y él soy yo. Por supuesto que hay afecto, y yo también le quiero... pero no acabamos de entendernos y al final siempre termino un poco "a mi aire".  A Dios esto no le gusta mucho... no le gusta nada, la verdad. Él... bueno para ser exactos Ello piensa que sólo él sabe lo que te conviene, cuándo encarnarte, y en qué, y qué tipo de experiencias te convendrían y ... yo soy de quienes prefieren decidir las cosas por su cuenta. 
Iria, mi alma gemela, no sé, no estoy muy seguro, quizá haya viajado con Nubia más veces, en fin Iria se ríe de mi diciendo que soy la parte de Dios que se cuestiona constantemente a sí mismo. 
Puede ser. A veces veo que se cansa de mi, pero es que yo le digo lo que pienso, soy sincero. A veces siento que Dios me mira con esa cara, la de "no me toques más los huevos"...
Soy el hijo pequeño. El que da problemas. El tocahuevos. 

A pesar de todo, terminada esa existencia miserable, la de los gritos de pánico y el horror estaba tan cansado y dolido... yo mismo era una estatua de cenizas. Dios me recibió con doble dosis de dulzura y me acostó en una nube blanca, mullida, fresca como el musgo tras la tormenta. Había otros como yo pero no podía tocarles desde donde estaba. Tanto mejor. Mandaron a las flores a cubrir mi campo de energía... vosotros diríais mi cuerpo. Yo tengo un vínculo con ellas, en especial con las violetas. Una vez viví como una agrupación de plantas silvestres, me abría en muchas flores diferentes, escalaba un muro con mis ramas. Estuve muy a gusto, la verdad. Me gustaba ser diverso, un cuerpo extraño hecho de muchas especies. Las abejas que se alimentaban de mi también parecían ser mías, yo mismo, en fin, ya me entendéis. 

Tendido en las nubes, cubierto de flores, dormía y a veces cantaba a mi hijo. Dios estaba preocupado, mandó a Iria a mi lado a escuchar. 
Ella, bueno, en realidad Ello, pues también es parte de Dios y de mi, como yo de ella, pero tengo que explicarlo de forma que lo entendáis, así que "ella" venía de vez en cuando y evocaba los momentos más hermosos de nuestras vidas compartidas, todas las veces que nos amamos o amamos a los otros, las formas de amor que había experimentado cuando viajó con ellos o sola. Su corazón es un manantial de montaña, el agua que mana de él es pura, fresca, impetuosa. La forma de amar de Iria es como soltar un potro pequeño en una cristalería, tiene buenas intenciones, pero al final duele. Ama de golpe, sin reservas, sin pedir permisos, hasta las últimas consecuencias. Ama tanto que aprisiona. A veces me da miedo. 

Iria debió percibir mi miedo y por no molestarme, dejó de cantar. Además, por lo visto, había llegado el momento para ella de encarnarse. Había elegido la Tierra, un país llamado Canadá. Debía ser médico de la espalda o algo semejante. Amaría a dos mujeres, en dos continentes distintos, una de ellas tendría un hijo, que ochenta años después, al borde de la muerte, cambiaría el mundo. 

Si, yo lo sabía, pero no estaba preparado. La melodía de su corazón se volvió lejana, no es que estuviera lejos, estaba aquí al lado como siempre, en fin al lado no. Mas bien dentro de mi. 

Pero el hecho es que cuando uno se encarna, la música de su esencia deja de ser perceptible, se vuelve un poco opaca, como si la cantaran dentro de una de esas cazuelillas metálicas donde se calientan la sopa. La nostalgia de esa belleza es la que hace posible que "las almas viajen juntas", a veces uno se precipita. A veces uno se encarna cuando no debiera siguiendo la música de un corazón cercano. Cuando estas cosas ocurren, generalmente acabas en la Tierra, de nuevo en un vientre humano, formándote mientras te preguntas si vale realmente la pena volver a pasar hambre, miedo, frío y la certeza aplastante del tiempo lineal que uno tiene cuando es humano, y que acaba cortándote las alas. 

Claro que ninguna de estas cosas son accidentes, parece ser, o eso dice Dios, que supuestamente tiene un plan perfecto que se cumple con la participación de todos, por muy insignificante, penosa o absurda que les parezca su propia existencia. Y puede ser que lo sea, puede ser que realmente exista ese plan. En realidad, si. Ese plan existe. Y yo lo sé. Lo se... en fin, que lo sé. 
Lo sé por la cara que se le puso a Dios cuando me precipité, y siguiendo a Iria, me encarné sin venir a cuento.
En el último momento antes de cerrarse el último chakra sobre aquel óvulo, destinado a perderse, a morirse sin fruto alguno pude verle la cara, y no era buena, ¿sabéis? Daba mucho miedo mirarle, porque se le veía alerta, como si tu hijo de dos años de repente se sentara en el alféizar de la ventana de un quinto piso, con los pies hacia fuera, y se balanceara tranquilamente mientras se come un helado. Intenté saltar hacia afuera, antes de que uno de los dos espermatozoides que me rodeaban par se colaran adentro. 

En algún lugar cercano, dos mujeres discutían a gritos, esto me puso nervioso, me tensé, y después me relajé y fue entonces cuando sentí la descarga, la chispa de la vida, que anula la consciencia de ser una parte de un alma única e interminable, que borra los recuerdos de las vidas pasadas y los deseos que dieron origen a la que comienza. Sólo fui consciente del rostro de Dios, desencajado por el miedo, donde podía leer su pensamiento que básicamente sería algo así como:
"Este tocahuevos la ha cagado de verdad"
 




viernes, 10 de octubre de 2008

La Super Crisis

Me tiene que pillar esta crisis, La Crisis, sin trabajo y buscando piso. 
Bueno, lo del trabajo me preocupa algo, pero que yo esté buscando piso es el puto pan nuestro de cada día.

El pan si, ya sabéis eso que nos va a faltar a todos, dice el PP, por culpa del PSOE.

Otra de mis crisis en medio de una Suuper Crisis, una crisis "mundial" dice Montse "de la que hay que hablar sólo para cagarse en ella, en su puta madre y reírse de ella y luego seguir con lo nuestro tía ¿o es que vamos a dejar de salir, si estamos toda la semana trabajando?"


Yo no trabajo, no salgo, no nada, no existen los festivos o lectivos para mi desde hace años. Yo cambio de ciudad y ésta es la única solución que he sido capaz de encontrar para afrontar cualquier tipo de crisis. Ni siquiera busco, sólo me muevo. 

Me meto en un avión,  y luego en el metro, que me lleva a una estación de autobuses, donde tomo uno que me deja a los pies del taxi de un amigo que me deposita en la casa de un familiar, donde agarramos el coche, que nos lleva al pueblo de al lado, para visitar a unos primos y a sus pececillos de colores nerviosos, hiperactivos, buscando en las mismas cuatro esquinas de siempre la dichosa salida de la pecera. 

Mi pecera es más grande, eso es verdad. Abarca un país entero, con permiso de los pequeños nacionalistas y sus mamarrachadas.


Hablamos de las operaciones que tenemos pendientes, yo ninguna, porque no se en qué Comunidad Autónoma tengo el médico este mes, dónde estoy empadronada, con qué régimen cotizo, si es que cotizo algo, el IRPF. 
"¿Cuándo has llegado?
¿Cuándo te vas?
¿A qué hora?"
Son las preguntas que siempre escucho. A Bea, sin embargo le preguntan por su embarazo. 
Cogemos el coche de vuelta y nos encontramos con La Yoli, Jesús y esa pequeña criatura cuyo nombre me esfuerzo en recordar; a la gente no le hace ninguna gracia que olvides los nombres de sus hijos, y yo aprecio a La Yoli... y recuerdo que pensé que habían elegido un nombre muy 
bonito, pero hasta que Rober no lo ríe, corriendo detrás de la niña no me entero. Ruth. La niña se llama Ruth.

Sueño con tener un contrato de alquiler a mi nombre. Comprar todos los días en el mismo supermercado, hasta conocérmelo entero, hasta aburrirme. Acudir al médico de mi barrio por catarritos. Saber dónde están la Tesorería de la Seguridad Social, el Ayuntamiento, Hacienda, y más aún: acudir con todos los impresos rellenados, como si fuera una persona normal.


Llegar a esa etapa de la vida en la que hay espacio en tu cabeza, mucho espacio, el que ocupan ahora las mudanzas y las crisis... y llenarlo con los nombres de los sobrinos. Quiero llegar a esa parte de la vida en la que se puede mirar la agenda y decir "Hoy es el cumpleaños de Ruth, la niña de La Yoli, voy a llamarles y les llevaré un detallito... como mañana es San Valero (Rosconero) a la vuelta comparé el roscón"... y que a la vuelta quiera decir: andando de vuelta a casa, sin guardar relación alguna con buses, cercanías, aves, aviones o ferrys. Koño!

ommmmm ....... paz interior, Tesa, paz interior........

Como parte de ese desesperado intento por convertirme en un ser humano respetable he regresado a Madrid, con la intención de alquilar un estudio... con lo que yo puedo pagar: una mierda, pero una mierda digna. Y en fin, ya lo sabía yo, a la vuelta a Madrid, lugar donde se leen periódicos muy serios... y no para reírse (¡!) desde hace quince años por lo menos, me he topado con la jodía Crisis. 


A ver, no es que determinados "medios" de "comunicación"  se la hayan sacado de la manga, ni se la inventan (aunque sería preferible que estuvieran preparando la mejor inocentada de la historia... ;-) pero como dice Gerardo "La exageran, les conviene, y se respira un ambiente de pánico, la gente no se mueve, no salen, no hacen nada..."
"¿Cómo te vas a atrever a cambiar de trabajo, o negociar un aumento? ¿Y si me echan? " Otra vez Montse, fingiendo dramatismo mientras guarda la leche en la nevera "No, mejor te quedas en casa, calladito, sin moverte, y vamos, es que ni comer. Éso es lo que quieren." Y para que les quede claro que con ella no van a poder, abre la nevera y echa el bote de tomate frito en los macarrones entero.

"Pero en realidad, de momento, todo el mundo a mi alrededor conserva sus trabajos, en mi entorno no ha pasado nada" - esta vez soy yo, tranquilizando a mi madre por teléfono, como si estuviera en el epicentro de un terremoto y acto seguido me dice Rober:
"Si, pero yo por ejemplo no sé si me van a renovar. Seguramente no."
Cuando, a solas con Bea, le pregunto por esto me explica: "Yo por lo menos me veo bien, tengo mis dos cochecitos pagados, tenemos una letra baja... Si le despiden, con mi sueldo podemos pagar la hipoteca, la luz, calefacción, el agua... y ya. Tengo amigas que están al cuello, tía, ahogadas. Ahogadas."

Si, desde luego que están ahogadas. Compraron justo antes de que empezaran a caer. No hace falta que especifique el qué compraron, en este país todos lo sabemos. Compraron aquello que se ha comido las fiestas, los viajes, el coche nuevo, salir a cenar, ir al teatro, coger un taxi si hace falta, aprender a montar a caballo, ahorrar. Aquello que se ha merendado la poca prosperidad que para nosotros rascaron nuestros padres tras años de lucha sindical: los pisos de mierda a precios de mierda, con intereses de mierda... pero la culpa, como muy bien dijo Álvarez Cascos es nuestra por comprar. 

Hubiera bastado un año de boicot para regularizar el mercado, y con eso hubiéramos evitado, nosotros, ciudadanos, no los partidos comprados que compramos para hacer que nos gobiernan, nosotros podíamos habernos merendado esta crisis. 
Pero cada pequeño usurero, temiendo sin duda no ser capaz de conseguir dinero con su talento, decidió aprovecharse del hecho de que en las ciudades, es necesario un sitio cerrado donde acudir a ducharse, cambiarse de ropa y dormir. 

Ahora, cada pequeño usurero tiene pisos que no puede vender, así que han trasladado sus podridos intestinos al mercado de alquiler, donde se producen situaciones de risa, os lo prometo, porque señores caseros: por si ustedes no lo han notado, no hay tantos singles de lujo dispuestos a pagar 950 euros por un estudio abuhardillado, de 25 m2... ya sé que vosotros pensáis que un par de chorros de hidromasaje convierten cualquier zulo en súper lujo pero creerme: Carabanchel no es Notting Hill, ni Barrio del Pilar podría compararse con Chelsea así que por favor: bajaros de la moto.

Aparte de la avaricia y estupidez colectivas que como ciudadanos hemos demostrado, la crisis del mercado inmobiliario no sería tan grave sin durante tres legislaturas, tres equipos de gobierno de nuestros estupendos dos partidos mayoritarios hubieran ayudado a otros mercados siquiera la mitad de lo que favorecieron el inmobiliario. 

Cuando administras un país no puedes hacer que dependa de una sola industria, los taxistas (es que estoy solidarizada con La Cristi y El Dani, joder!) también tienen derecho a tener empresas, aunque estas no se dediquen a construir casas. 

Los actores también tienen derecho a tener y mantener empresas, aunque las casas que se construyan en ellas sólo tengan un lado, la fachada, claro está. Aunque nuestras casas sean de cartón piedra, de paneles, aunque sean tan pequeñas que sólo quepan en ellas tres humildes títeres de cachiporra, tienen derecho a ser levantadas y mantenidas y ¿cómo vamos a hacerlo, si nuestro público está escondido en casa, o haciendo horas extras para alimentar la avaricia del banco que alimentó la avaricia de los constructores?

Y queridos, apoyar una industria no consiste en subvencionar las tres películas anuales sobre la guerra civil!

más ommmmm..... estoy perdiendo mi paz interior....

Ya está aquí La Crisis, la que vaticinaban mis abuelos, la que hará que nos comamos los unos a los otros mientras recordamos las palabras "Ya veréis, ya veréis, un día vendrá que os daréis cuenta, tanto derrochar, vosotros no sabéis lo que es luchar ni pasar hambre..." y cuando decían estas cosas yo desviaba asustada la mirada, sin saber qué había hecho yo a mis ocho años, aparte de comulgar y recibir una Barbie, para merecer tanto odio...


Pero mis abuelos llamaban a sus jefes "El Amo, El Ama", vestigios de la Era Feudal, mi generación sin embargo ha tenido suerte, mucha. 
Bueno, según Eva: "No en Catalunya, que somos los que más pagamos"

Las vacunas, el jabón, la píldora... (no es una lista de las cosas que ha pagado Cataluña, ¿vale? es una lista de las ventajas que se nos dieron) ... las Declaraciones de Derechos del niño,del hombre, de la mujer, del paciente... la calefacción. Hemos comido bien, dormido en buenas camas, jugado en la calle e ido a la Universidad... pero teníamos en nuestro ADN la semilla dormida del esclavo y de alguna forma, a través de las ETT's y después con las hipotecas, encontramos la manera de resucitar "al Amo" y transmitírselo, como si del virus del sida se tratara, a la siguiente generación.

Y yo me pregunto, después de husmear todas las esquinas, con mi maleta roja de ruedas, ¿por dónde, por dónde se sale de este coñazo de pecera?

Según Gerardo: "Pues si antes tenías que moverte para encontrar trabajo, ahora tres veces más".

Según Eva: "Tenéis que hacerlo todo como nosotros en Barcelona." (Y no veas cómo me jode, pero excepto en lo de "nosotros" tiene razón).

Según Luz (que es mucho más radical): "A ver si entiendes de una vez que el dinero está en el aire..." y mientras lo dice lo acaricia con la mano, cierra el puño suavemente y al hacerlo parece que cosechara billetes de 500 euros "Sale del aire, son partículas , tienes que aprender a cogerlo del aire. No existe, nada es real, así que tú lo haces real desde el aire"

Según Anna: "¿Nos vamos a preocupar nosotras por el dinero? ¡Si sólo es papel!"

Según Su: "Quiero que me toque la lotería na más que pa que se me quite el miedo"

Según los amigos de Luis, el día 14 de octubre recibiremos la visita de la primera nave espacial de la Constelación Galáctica, que permanecerá visible en el cielo durante tres días para comunicarnos que la Ascensión Planetaria va a dar comienzo y que no estamos solos en este proceso, que tranquilos, que simplemente nos vayamos llenando de amor...


Lo que no me parece una mala idea.  
Lo de la Ascensión Planetaria con la Brigada Espacial no. Lo del Amor.
Aunque, ahora que lo pienso, mis tías siempre me han dicho: 
"El que te aguante a ti, tiene que ser de otro planeta" ¿Cuándo hemos dicho que llegaban...?

Yo quiero llenarme de amor. Quiero sentir que tengo motivos para estar agradecida. Quiero sentir que tengo mucho más de lo que he pedido, y que si tú sientes que no tienes lo podemos compartir. Quiero sentir que hay más que suficiente para todos en esta buena tierra. Quiero sentirme satisfecha, completa, y agradecida, esperanzada y curiosa y llena por todas mis venas y arterias de Amor... esa deliciosa sensación chispeante con sus inesperados picos de alegría que puedes sentir ahora mismo, conmigo, sin que por medio exista el dinero.

Quiero sentirme llena de Amor, y el puñetero miedo a La Crisis me impide escuchar la corriente de burbujas, que actúa dentro de mi y a través de mi... la Vida que me vuelve alegre y curiosa y que como dice Luz, convierte el aire en casualidades y cosas, como pisos o dinero.
 
Hoy con dos días de viaje, demasiados telediarios oídos (que no escuchados) y titulares vistos (que no leídos), he encontrado mi propia salida de la pecera, para esta Crisis que me ha pillado en paro, sin hogar y en esos días del mes, chicas. 

Según Tesa: "En cualquier momento puede pasarte algo maravilloso. Si lo piensas bien, ahora mismo te está pasando algo maravilloso."

Cuando vivimos sin miedo pensamos con claridad. Pensar con claridad hace que tomemos las decisiones correctas, las que nos convienen a nosotros, no al Poder. Intentaré recordarlo en estos días y mantenerme llena de Amor y Claridad en esta pecera de miedo en la que han convertido Mi Madrid.

miércoles, 1 de octubre de 2008



Cala Comtessa


Ya sé que Mallorca está demasiado edificada, mucho ladrillo, a veces prácticamente encima de las olas, da la sensación de que lo próximo sea construir rascacielos sobre plataformas en medio del mar... bueno, en Kuwait ya lo están haciendo. Aquí... aquí directamente pasamos de la plataforma, como podéis ver. O eso, o es que tenemos un extraño concepto de terraza con piscina.


En fin, sea como sea, y aunque en Palma conduzcan lo que se dice como el culo, que por dios, luego dicen de Madrid!) esta sigue siendo mi casa, y los mallorquines... esos queridos extraños con sus irritantes y adorables costumbres. Claro que, para ser honesta, vaya donde vaya todos me parecen extraños, empezando por la ciudad donde dicen que nací (no sé, no estoy segura, yo no lo recuerdo bien). Está claro que la extraña soy yo, pero es que en Mallorca no me siento de esta manera. Parecemos todos tan distintos y tan raros, que acabamos por unificarnos en una raza extraterrestre de personas que acaban todas las frases con "Pero..."


Este mes he descubierto un tipo de pez que no conocía, son como chanquetes, muy pequeños, plateados, el hueco entre las dos aletitas de sus colas tiene forma de ojo egipcio, y cada uno de sus apéndices está coronado por una graciosa bolita negra. He puesto un mensaje en www.pescandoenmallorca.com para ver si me entero del nombre porque la curiosidad me está matando.

 


Tienen los ojos grandes y están acostumbrados a la gente. Cuando te quedas quieta un rato, disfrutando del placer de hundir los pies en la arena un poco más con cada ola, remolonean junto a ti a un centímetro de tu piel. Se paran y observan, o eso parece, con mucho interés la pulsera que llevo en el tobillo.   

Generalmente voy a Cala Comtessa (casi no me atrevo a escribir los nombres de las calas: Alejo y Elena me pondrán a caer de un burro por llenarles la Isla de"forasters!"). 


A David no le gusta, dice Mónica, porque en agosto está saturada. 
"Tienes el pie del otro encima de tu cara"... pero yo siempre ando por la isla en septiembre o primavera, mi percepción es diferente. 

Es la cala más alejada, dentro del casco urbano, tiene forma de "u" y un islote enfrente al que se puede llegar nadando sin ser una experta nadadora. En los extremos de la "u" hay rocas, más altas a la izquierda que a la derecha. En la izquierda, hay calas de cemento organizadas en dos terrazas alargadas. Ahí suelen ponerse los alemanes silenciosos (los que viven en la isla, que pasan bastante de todo).  Abajo en la arena, nos colocamos las familias, las parejitas, los españoles, y las amigas (de dos en dos) que vienen a la playa al salir de trabajar. 



En la parte de atrás, a la sombra, justo debajo de los pinos, a veces hay malabaristas. A la derecha, en el extremo opuesto, un chiringuito de los de madera y paja, con mesas para comer, sin música, y bajo él una terraza de rocas para los pescadores.  

Cala Comtessa es silenciosa como una biblioteca. Hablamos en susurros, bajamos el sonido de los móviles, parece que ninguno quisiera alterar el equilibrio del lugar.

El agua es transparente, verde esmeralda, azul turquesa, índigo, la arena más bien blanca, fina. No tiene corrientes, ni vientos demasiado fuertes, ni yates demasiado cerca, ni fantasmones en moto de agua. Es el puto paraíso de los que no queremos ser, sino simplemente estar.

La luz del mediodía me calienta y fortalece, y me voy quedando dormida mientras recargo las pilas de mi sol interior. Tiene que durar todo un invierno en Madrid, en Madrid nada menos, hasta que las hojas verdes despierten las terrazas y La Latina reciba otro año más su primavera.

(No tengo fotos de mi cala, así soy yo, sin remedio... pero he incluído estas otras que espero os consuelen. Besos a todos)