lunes, 14 de diciembre de 2009

Vampiros

No soy partidaria de copiar el blog de otro, pero este artículo de Luis Pellegrini me ha gustado tanto que no encuentro nada que añadir excepto, gracias!
Transcribo una parte y dejo el link al artículo entero.


TODOS CONOCEMOS A UN LADRÓN DE ENERGÍA

Estracto:


Vampiro Lamentador: Ataca por el lado emocional y afectivo. Hace todo para despertar compasión. Su vida es un mar de lágrimas, gemidos y llantos. Lleno de aflicciones, se coloca siempre en posición de víctima sufridora para quien el mundo es un verdugo.

Defensa: Dígale que usted detesta los lamentos porque quejarse nunca resuelve ningún problema. Si él insiste, dígale que usted conoce un libro donde el autor conoce varios métodos sobre eutanasia. No dé tregua.


Vampiro Inquisidor: Dispara una pregunta tras otra. Si usted intenta responder, él corta su respuesta, haciendo otra pregunta, tal vez sobre otro asunto completamente diferente. Ese vampiro no tiene ningún interés en respuestas. Quiere apenas desestabilizar el equilibrio mental de su víctima, perturbando el flujo normal de los pensamientos de ella.

Defensa: Córtele las envestidas reaccionando con preguntas, de preferencia idiotas, absurdas o contundentes. Por ejemplo: ¿usted ya tuvo relaciones sexuales con una persona del mismo sexo?


Vampiro Exigente: Cada palabra o gesto de este vampiro contiene un reclamo implícito o explícito. Se opone a todo, exige, reivindica, protesta sin parar. Mas, como sus reclamos tienen poco o ningún fundamento, él raramente dispone de argumentos sólidos para defender y justificar sus protestas.

Defensa: Mándelo a parar de colmar la paciencia.


Vampiro Cobrador: Cobra siempre, principalmente aquel que no le es adeudado. Se presenta como creador del mundo; cree tener derecho a todo, sin tener que dar nada a cambio. Al cruzarse con usted en la calle, un vampiro de estos no le va a decir: "!Hola! Qué bueno verte! ¿Cómo estás? ¿Todo bien?". El va de inmediato a cobrarle alguna cosa como: "¿Te olvidaste que yo existo? Hace meses espero una llamada tuya".

Defensa: No se ponga la capucha de culpable de desatención personal que el vampiro le quiere meter en la cabeza. No flaquee. Cobre de regreso. Responda rápido: "había decidido no llamarte nunca más hasta que me llames para saber si estoy viva".


Vampiro Crítico: Su lema es: maldecir siempre, elogiar sinceramente nunca. Critica negativamente a todo y a todos. Transmite para la víctima una visión fea y negativa de las cosas, de las personas y del mundo. La crítica impiadosa y negativa crea en el oyente un estado de ánimo oscuro y pesado y ése es otro modo fácil de abrir una yugular energética y banquetearse con los fluidos de la víctima.

Defensa: Dígale al vampiro sin miedo de parecer ridícula: Pobrecito, qué infeliz es! Vea que día (o noche) tan lindo. El sol (la luna, las estrellas) brilla en el cielo y usted tan negativo. ¡Cambie!


Vampiro Adulador: Suaviza el ego de la víctima, cubriéndola de falsos elogios. ¿Se acuerda de El Cuervo y la Zorro", la fábula de La Fontaine? El cuervo en lo alto del árbol carga en el pico un bello pedazo de queso. La raposa astuta le dice al cuervo que su voz es magnífica y le pide que cante. Lisonjeado, el cuervo abre el pico, emite un triste graznido y... deja caer el queso. La raposa mastica la golosina y sermonea al vanidoso cuervo: "Aprenda que todo adulador vive a costa de quien lo escucha". Cuidado con los aduladores. Dentro de cada uno de ellos es un vampiro a la espera.

Defensa: No caiga en la conversación del adulador. Si él insiste, cuéntele la fábula de La Fontaine.


Vampiro Chismoso: El chisme es una de las armas más perversas de los vampiros de energía. El se acerca, con aire malvado y cuenta secretos íntimos de los ausentes. Habla con quien le da un presente. Mas en verdad lo que hace es plantar en su alma las cimientes de la maldad, de la traición y de la calumnia, demonios peligrosos para su estabilidad energética.

Defensa: No se divierta con las falsas prendas del chismoso. Mándelo a cantar en otra fiesta.


Vampiro Pegajoso: La puerta de entrada que él busca derrumbar es la de su sensualidad y su sexualidad. Se aproxima a usted como si quisiera lamerla con los ojos, con las manos, con la voz. Huya rápido de esa situación. Este vampiro es muy peligroso. El chupará sus energías, sea consiguiendo seducirla con su juego peligroso o provocando en usted repulsión y náusea. En ambos casos usted estará desestabilizada y él alcanzará su éxito.

Defensa: Dígale que usted es una persona neurótica y detesta ser tocada. Si él insiste dígale algo capaz de cortar cualquier intención indeseada: "Necesito ir urgentemente al baño".


Vampiro Hipocondríaco: Cada día aparece con una dolencia nueva. Dice que es víctima constante de un dolor que anda por el cuerpo y que cada hora está en un lugar diferente. Es su modo de llamar la atención de los demás, despertando en ellos preocupación y cuidados. Se deleita describiendo hasta los mínimos detalles de los síntomas de sus males y todo su penar. Cuando termina el relato está muy bien. Y quien le prestó oídos está pésimo.

Defensa: Déle el teléfono de un buen homeópata. Esos médicos tienen una paciencia de Job para tratar a hipocondríacos.


Vampiro Conflictivo: Para él el mundo es un campo de batalla en donde las cosas solo pueden ser resueltas en base al golpe seco. Polemiza sobre cualquier cosa, pero no quiere, contrario a lo que pueda parecer, minar las defensas de la víctima con la rabia, la ira y la agresividad. Provoca para obtener una reacción para que la víctima compre la pelea. Con eso la desestabiliza y puede chupar a voluntad.

Defensa: Este vampiro tiene, sobretodo, una personalidad infantil. Ofrézcale una tetera o cuéntele un chiste de papagayo. Si aún así insiste en polemizar, ofrézcale un café endulzado con antidepresivo.



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Para que no se diga, ahí os dejo una de esas fotos que levantan el ánimo... porque Mallorca nunca te quita, al revés, siempre te da. ¡Cuánto te echo de menos Sa Roqueta míaaaaaa!