domingo, 9 de agosto de 2009

Hemos venido a disfrutar...

La playa está en silencio. A mi lado una niña francesa de trece años, tumbada boca abajo directamente sobre la arena, estruja lentamente las dunas con una mano cuyas uñas están pintadas de violeta. Giro la cabeza, perezosa. Una ola. Otra...
Hay un alemán de unos cuarenta y tantos, besándole los pies a su hijo o nieto, no sé... un bebé de tres meses. Es guapo. Silencio. El viento. Las olas...

Se van unos ecuatorianos, les cuesta veinte minutos recoger el chiringuito porque tienen cuatro críos... imagínate... que si el iglú, la sombrilla, la nevera, la silla del pequeño... "Kevin, ande y sáqueme a su hermano del agua..." Kevin pasa de todo, está haciendo la croqueta. Edgar no quiere irse y empieza a llorar.

Llegan los españoles: dos matrimonios jóvenes, el hermano soltero y los abuelos. Un par de niños de diez años. Empiezan a sonar las palas. Ping-pang. Ping-pang.
"Amaranta, vete a comprar dos palas más"
"No me da la gana"
"Dos palas más"
"!Mamá! !Antonio me está pegando!"
"Pues pégale tu..."
"Dos palas más" - repite el abuelo desde el agua.
"Es que corre muchoooo"
"A ver Pablito ¿no ves que estoy haciendo gimnasia?"

Levanto la cabeza. Efectivamente Mamá hace gimnasia sobre la arena. Le está enseñando a su suegra unos pases de aero-salsa. Amaranta se ha encendido un cigarro mientras le explica a su primo adolescente que aquí el contrato lo tiene como actriz.

"En lo que estás fumando podrías irte a comprar las dos palas"...

Han llegado los italianos exibiendo músculo, sonrisa y modelito... les gustan las dos mallorquinas que se están leyendo el Última Hora y el Pronto que te dan de suplemento. Se pasean frente a ellas y hacen algunas piruetas en la entrada del agua, sobre las escasas rocas donde habitan los auténticos propietarios de Cala Agulla: los peces.

A los alemanes de atrás también les han gustado las mallorquinas, pero están demasiado borrachos, y ellas demasiado cabreadas.

"Es que dice que no le da tiempo con tantos pacientes, pero."
"A mi no me importa... que se vaya a Son Llácer..."

Son Llácer es un hospital masificado de Palma que atiende a lo más granado de los peores barrios de la ciudad. Las agresiones a médicos, enfermeras y celadores por parte de los pacientes son el pan nuestro de cada día...

"Tesa, ¿podemos irnos ya?" me pregunta mi hermana.
"Pero ¿qué dices? ¿Tú sabes lo que cuesta subir a Cala Agulla?"
"Tengo quemaduras de tercer grado..."
"Ya te dije que compraras Piz Buin, en lugar de la Nivea esa..."
"Estoy sangrando por el corte que me he hecho con la roca..."
"Pues metes el pie en el agua, que tiene salitre y yodo, ya verás que pronto se te cura."
"Es que me da miedo que me vuelva a picar otra medusa."
"Anda que... vaya susto que le has dado al animalico."
"Tendríamos que sacar a la perra."
"Nada. Yo llamo a Yolanda, y que se acerque a casa y la pasee ella."
"Tesa, tu amiga tiene un embarazo de alto riesgo y no se puede mover de la cama."
"Oye pero a tí qué te pasa... es domingo, estamos en Mallorca y aquí se viene a disfrutar..."
"Es que me ha sentado mal el alioli con salmonela... y las naúseas no me dejan mucho espacio de disfrute... además me aburro, no haces otra cosa que dormir..."
"Nos ha jodío... con el pedazo de paella que nos hemos ventilao en ese chiringuito... "

Nos entra la risa. Suena el teléfono. Es nuestra madre. Que si estamos vivas y tenemos todos los huesos.

"¿Por?"
"Han habido tres bombas en Palma hoy..."
"¿Cómo que...?"

Pues nada hija, tres bombas. En los bajos de la Plaza Mayor. Y en dos restaurantes del camino que hacemos para pasear a Blondie. En uno de ellos tienen mi currículum, ahora que lo pienso, porque fue uno de los primeros sitios donde busqué trabajo. Me gusta ese bar, está junto al Yam.

Por las mañanas, camino del trabajo, paso por delante del cuartel de Palmanova, donde todavía hay flores, banderas y velas.

Y mi pregunta es:
¿Esta gente no se cansa de dar por culo?

Esto es Mallorca y aquí se viene a disfrutar, y si no te gusta... pues chica, vete a Son Llácer.

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