miércoles, 27 de enero de 2010

Jevi, con Jota




















Bendecid los trabajos que tenéis. El infierno existe, lo he visto: es una empresa de instalaciones y reformas en la que me han entrevistado hoy.
Por hacerlo breve basta con decir que si lleváramos incorporado un termómetro que midiera nuestras intenciones suicidas, el mío hubiera alcanzado el máximo histórico durante mi primera toma de contacto con la empresa.

Ahora bien, soy de los noventa, esto quiere decir que si hay algo que yo conozco a fondo, pero a fondo a fondo, es el trabajo basura... por lo tanto no me hago ilusiones: sé que una vez dentro, cada día será un poco peor.

Les he dicho que si, por supuesto, y empiezo el día 2 o 3 de febrero, puesta de antidepresivos y hormonas tiroideas hasta las trancas, porque ya lo dijeron los Monty Phyton:
always look at the Bright Side Of Life... y yo, que soy española y mileurista, el único bright side que pillo, es el brillo del Mercedes de mi casera, quemándome la retina mientras unas gitanitas rumanas me vacían el bolso.

Como siempre que vengo de una entrevista de trabajo, de estos trabajos horribles que me pillo yo para hacer hueco entre una cosa de teatro y otra, me he sentado en la cocina a fumarme un cigarro, después de cambiar de sitio la planta del perejil, que no tiene culpa de nada la pobre y no quiero que se trague el humo... y he reflexionado sobre mis perspectivas de futuro, y sobre las posibilidades reales que tengo de pagar mis créditos, devolverles a mis padres lo mucho que les debo y dejar de ser una carga para toda la familia...

Hace varios días que vengo pensando que valgo más muerta que viva... pero esto, que queda muy poético así, escrito, no es verdad. He revisado las pólizas que te obligan a suscribirte con las tarjetas de crédito, con el seguro de la casa y cosas así. Chica, no valemos nada ni vivas ni muertas. Hay miles como nosotras. Y además si te suicidas tu, igual les toca pagar a tu familia y todo. Un desastre, vaya.

Sin embargo, tengo un seguro de enfermedad que me suscribió mi madre cuando era yo muy chiquitita y según ése, resulta que soy útil si estoy en coma. Cuanto más profundo, mejor.

Claro, esto chica es un poco un rollo, quiero decir, toda una vida pillándole la medida al Valium, dando vueltas en la cama insomne perdida para guardar las tabletitas escondidas... yo quería suicidarme en condiciones, y lo tenía todo preparadito, muy mono, en mi Suicidal Kit... algo que deberían entregarte al incorporarte al mercado laboral, sinceramente, ahí lo dejo... pero a ver ahora cómo te las apañas para hacerlo a medias ¿cómo se organiza una para provocarse un coma irreversible...?

Me revienta que me cambien las cosas de orden y sitio...

En fin, he acudido a Internet y me he encontrado con el post más macabro y tenebroso que he leído en toda mi vida. El otro día me perdí y aparecí en un foro de Neonazis, pero comparados con este menda parecen bailarinas de Degas (que por cierto están expuestas en la Fundación Mapfre)

¿Creéis que exagero?
Vale, vale, echadle un vistazo a esto:

ARMAS DE FUEGO: La muerte pude llegar en microsegundos si la suerte lo acompaña, en algunos países se puede conseguir una arma muy fácil. El tiro debe hacer una trayectoria diagonal para causar el mayor daño posible en el cerebro. El cañón del arma debe estar bien fijo para que la bala no rebote en el cráneo. El arma deben tener un buen calibre, las de caza para animales de gran tamaño son las mejores. Si el motivo del suicidio se debe a que la familia le hace la vida insoportable puede usar una Mágnum .44 o un Winchester .458 (rifle para cazar elefantes), los parientes disfrutaran mucho limpiando los coágulos de sangre, pedazos de cerebro y sacando astillas del cráneo de las esquinas de la habitación.
suerte en su tarea.


Vamos, lo dicho: JEVI, CON JOTA, menos mal que hoy vienen La Conchi y El Luis a verme, y llegan como es habitual en ellos, llovidos del cielo. Os quiero mucho pequeños...






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