martes, 13 de enero de 2009

Choni versus Emo


Rob Pattinson (Edward Cullen en Twilight) se parece mucho a quien fue mi primer amor, Miguel Angel, sobre todo en esos gestos de adicto que le ha dado a su personaje, claro que Edward Cullen es adicto a la sangre y Miguel Angel era adicto al alcohol.



He visto Twilight, Crepúsculo, perdón, en español y encima en internet. A quién se le ocurre, como si el guión no fuera ya suficientemente malo por si solo... lo único que le falta a la pobre peli es despojarla de la solemnidad que dan las salas de cine, y el público... y es que no es lo mismo.

Vista en casa, levantándote a por zumo o calcetines, parece un manual de programación neurolingüística para víctimas de violencia de género... la relación de los protagonistas comienza con un gesto de desprecio por parte de Edward a Bella
(él actúa como si ella oliera mal - literalmente- y le retira la palabra),

se refuerza apoyándose en los comentarios despectivos con los que el vampiro la obsequia, cotra-restados con heróicos gestos de salvavidas

(el vampiro siempre está allí para salvarla, entre otras cosas porque la sigue)

(Hey,pero lo hace por el bien de Bella, que la pobre es muy torpe).

Al final Bella termina en el hospital, llena de moratones, pero es debido a su capacidad de sacrificio, puesto que elige morir en lugar de un ser querido: una madre de mentalidad adolescente que juega el rol de hija.
Mientras, Edward se siente culpable y decide alejarse para no hacerle a Bella más daño.

Una no sabe si está viendo una película de vampiros o el rollo "tia conoce a tío majo que luego resulta ser chungo" de los mediodías dominicales en Antena3.

Así que, atónita, he acudido al libro, esta vez en inglés, donde el rollito no es tanto "Él es un salvaje pero le domaré con la fuerza de mi corazón"

y la verdad, se agradece)

como "¿No sería genial que te fueras a un instituto nuevo y de repente, todos los chicos te pidieran salir... y el más guapo de
todos perdiera el culo por ti... y de estar con los guays pasaras a estar con los super cool?"



bastante más refrescante, qué quieres que te diga)



Y chic@s, he tenido una Epifanía: voy a escribir uno de esos libros, un libro de instituto. Voy a sentarme y a pensar: a ver, ¿qué me pasó en el instituto? ¿y qué hubiera sido cojonudo que hubiera pasado? Y cuando lo tenga claro haré una saga... y a vivir colega.

He estado comentándolo con Iris, la novia de Q., que es mucho más joven que nosotros y está más en contacto con lo que se vende ahora, y aparte de reirnos un buen rato me puso al día. Según ella, la película es para Chonis, pero para Chonis Emo.

"¿Qué coño es eso?"
"Ya sabes tía, la gente esta que se pinta las uñas de negro y llevan el rollo Avril Lavinge... medio punkito, medio gótico, pero con mucha lentejuela..."
"Oh si, ya se..." miento, pero tengo 33 años y estoy más out que mi madre.
"Es un rollo que viene de Latino América, busca por el MySpace"

Me pongo a buscar en MySpace, pero acabo en la Wikipedia. Ya os lo he dicho, estoy un poco out... donde dicen que el estilo nació en mis tiempos, claro que sí, si hasta tengo alguno de los discos... y no veo que tengan mucho que ver con Avril Lavinge o Rebelde Way...

Claro que como muy bien ha dicho Iris, no se trata de Emos, sino de Chonis Emos... y en llegando al universo Choni yo sí tengo algo que decir porque soy una de ellas de los pies a la cabeza.

He crecido en los barrios colmeneros de la periferia, y cuando vengo a Zaragoza los recorro con mi madre y nuestro carrito a cuadros, saludando a las vecinas de un supermercado a otro.

Claro que ahora que lo pienso eso es más bien marujeo, la Choni, como la Juani, tiene glamour, un estilo propio... también tiene novio con buga... yo he tenido novios, pero el buga siempre ha sido mío, así que debo suponer que una buena Choni tampoco soy, aunque seguro que La Juani aprobaría lo del coche. (la imagen es de playtunning, por cierto)



Llegados a este punto de paranoia... procede salir a correr por el andador del Canal (o Anillo Verde Vecinal) una de esas joyas que Zaragoza esconde y que disfruto cuando paro por aquí.

Yo, ahora que lo pienso, tuve un paso por el instituto bastante Emo: con visitas al cementerio incluídas y no precisamente por el placer de pasear. Con novio alcohólico. Con graves problemas económicos. Con amiga anoréxica. Con diario dibujado a lo Tim Burton cargado de desperación.
Desesperación.
Ese fue mi paso por el instituto.

Yo fui una de esas que se pudrieron escuchando las canciones depresivas y siniestras de Nirvana, Sisters of Mercy y similar... y chica, vaya una pérdida de tiempo.

Hoy en día, valoro más mis Nike despelujadas, el Anillo Verde Vecinal, y las clases de salsa de la Siesta los martes por la tarde. Porque yo no he venido a este mundo a estar deprimida.

Así que, para todas las que se han quedado deslumbradas con Edward Cullen, y andan por esos baretos buscando a uno similar:
pálido, amargado, insultante y sobre-protector,

decirles que antes de correr a dibujarlo con acuarelas oscuras en sus diarios se paren a reflexionar unos instantes sobre el tufillo machista y judeo-cristiano que desprende el arquetipo:

"Sé que él es peligroso para mi, pero no puedo evitar amarle como sé que él me ama"

Habla la voz de la experiencia. La vida es corta, no la malgastéis con payasadas. Menos aún con las payasadas de otro.

Dicho esto ha llegado el momento de admitir que no soy una Choni, tampoco una Emo. Soy la que corre junto al Canal llenándose de Vida cuando inspira.

****

Para terminar, dos cosas:
buena banda sonora (Twilight, quiero decir) y en honor a Jano: ahí tenemos un Expediente X. Es como Quadrophenia, versión mexicana. No consigo meter el embed, así que, clickear hijos míos, vale la pena.









1 comentario:

Anónimo dijo...

pudreta crepusculo es genial y tu una mierda vete al deminio